NOSOTRAS SOMOS:
The womensavers
Gandhi Rayme
Cindia Rafaele
Alexandra Chura
Ana Paula Mundaca
NUESTROS OBJETIVOS
El principal fin de este boletín es ayudar a todas aquellas mujeres que sufren de malos tratos en su entorno laboral, con el fin de mejorar su calidad de vida y hacer que progresen en sus empleos. Además, nos interesa fortalecer la imagen de la mujer y favorecer la lucha contra la discriminación por género. Por ello, es esencial que denunciemos estos hechos y no nos quedemos calladas frente a la violencia. Sabemos que, probablemente, este boletín no transformará del todo la situación que las víctimas viven, pero confiamos en que un pequeño cambio puede iniciar la transformación. No nos importa la cantidad de mujeres salvadas, ya que las pocas que se encuentren con esta página, lo valen.
work like a girl
Con respecto al nombre de este boletín, lo elegimos porque su traducción hace frente a los estereotipos de discriminación. "Work like a girl" significa "Trabaja como mujer", así que fue el nombre perfecto. Usualmente, se usa la frase "trabaja como hombre" como si fuera garantía de trabajar bien. Con este nombre, queríamos demostrar que trabajar como mujer no debe ser considerado como un aspecto negativo, ya que las mujeres somos fuertes. Además, la frase "trabajar como mujer" no debería ser un insulto, sino un halago. Por ello, consideramos que el nombre de nuestro boletín ataca la discriminación de género, de modo que las mujeres se sientan empoderadas.
¿por qué "the womensavers"?
Elegir el nombre para nuestro equipo no fue muy complicado. Pensamos en lo que queríamos lograr, el objetivo de este boletín informativo y el porqué de nuestra elección del tema tratado. Fue entonces cuando decidimos llamarnos "The womensavers", lo que, traducido del inglés, significa "las salvadoras de mujeres". Como se muestra en la zona de objetivos, el propósito de este boletín es salvar a las mujeres que sufren de malos tratos o mobbing en el trabajo. Quisimos un nombre que representara todo ello, así que nos nombramos "The Womensavers".
nosotras
Gandhi Rayme Quispehuamán
Mi nombre es Gandhi Rayme y tengo 18 años. Estudio el primer ciclo de la carrera de Ingeniería Civil en la Universidad de Ciencias Aplicadas. Mi mayor aspiración es terminar mis estudios universitarios en el extranjero. En mi país el maltrato a la mujer, en el ámbito laboral, es muy frecuente. Por eso, capta mucho mi atención y a la vez me preocupa, ya que las mujeres, con el paso del tiempo, están ocupando cargos laborales muy importantes. Es lamentable que diversos estudios revelen resultados con altos índices de maltrato laboral. Existen muchas formas de maltrato, ya sean de tipo psicológico, físico y económico; por ejemplo, la diferencia salarial, elección de personal para un puesto laboral, despido por embarazos, discriminación, racismo, entre otros. La violencia contra la mujer en el ámbito del Perú no solo afecta a su dignidad, salud y calidad de vida, sino también mengua su desarrollo personal y con esto, su capacidad de contribuir a la sociedad y el crecimiento del país. Un vídeo publicado por un canal de YouTube llamado Enfoque DE IGUALDAD A.C. evidencia el “mobbing laboral” hacia mujeres como una de las formas de violencia. Esto genera un desequilibrio emocional y físico, porque se califica a la mujer de incapaz y se cree que no podrá realizar bien su trabajo.
Asimismo, un artículo periodístico publicado por El Comercio muestra como consecuencia de la violencia laboral la renuncia de algunas trabajadoras. Así, los agresores contribuyen en aumentar la brecha salarial, que actualmente es de 23%, lo que es injusto y no equitativo. Este maltrato ocurre porque el sexo masculino cree que el pensamiento de las mujeres debe concentrarse solo en el hogar y no en su centro laboral, como ellos. Es desconcertante que, en muchas empresas, aún se presenten estos casos, a pesar de que existen normativas laborales que defienden a los trabajadores y castigan estas prácticas. Dicho suceso ocurre principalmente por el silencio que guardan las víctimas, ya sea por miedo a perder el empleo o ser sancionadas de alguna manera. Es importante recapacitar por todo lo expuesto aquí, ya que todos tenemos una madre, hermana o hija, y no nos gustaría que les pasen ciertas situaciones como estas solo por ser mujeres. Sin embargo, nosotros como ciudadanos podemos cambiar esta problemática.
Alexandra Isabel Chura Gonzales
Mi nombre es Alexandra Chura Gonzales y tengo 17 años. Desde este año, empiezo una de mis metas: estudiar y acabar la carrera de Ingeniería Civil en la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC) en el campus Villa. Me considero una persona comprensiva, responsable y educada.
Mi tema a tratar es “el maltrato a la mujer en el ámbito laboral”. Mis razones por las cuales he tocado este tema es por los casos que he visto en las noticias sobre la discriminación de género hacia el sexo femenino, y que, actualmente, persisten en las empresas. Son muchas, desgraciadamente, las asignaturas pendientes para que la mitad del género humano deje de estar en situación de vulnerabilidad frente a la otra mitad. Muchas de esas cuestiones por abordar ocurren en los centros de trabajo, donde las mujeres, además de seguir ganando menos y no tener posibilidades de promoción, lo que para muchos significa una violencia estructural, siguen sufriendo comentarios por parte de sus compañeros varones. Según un artículo escrito
por Philippe Vanhuynehem en el diario El Comercio, una de cada tres mujeres en los países andinos sufre o ha sufrido violencia en el ámbito laboral. Esto no solo afecta su dignidad, salud y calidad de vida, sino la de quienes las rodean. Además, merma su desarrollo personal y, con ello, su capacidad de contribuir con el crecimiento del país. “Las empresas son un reflejo de la sociedad patriarcal. Menosprecian a las mujeres y eso se ve reflejado en la discriminación que sufren, tanto en salario como en acceso o la promoción. Este desprecio hacia las mujeres es una conducta machista que tiene consecuencias graves en la vida de las mujeres”, explica la socióloga, activista y consultora de género Ángeles Briñón. Esta conducta machista en el trabajo se traduce en “contratar a mujeres para puestos que han sido considerados tradicionalmente ‘de mujeres’. Es una forma extendida de machismo”, señala Briñón. “Por ejemplo, se contrata a una mujer como secretaria y se espera de ella, de forma más o menos explícita, que cumpla tareas más allá de las profesionales, por ejemplo, servir el café o realizar tareas personales para el jefe”. Por esta razón, es importante tener un amplio conocimiento sobre el tema para evitar estas calamidades además de otras muchas. Además, conviene asesorarse y siempre acudir con un abogado experto en estos casos.
Cindia Rafaele Atanacio
Mi nombre es Cindia Rafaele Atanacio, tengo 18 años y, actualmente, estudio la carrera de Ingeniería Civil en UPC. Me considero una persona responsable y perseverante, ya que mi objetivo es ser una profesional eficaz en todos los ámbitos. El maltrato a la mujer en el ámbito laboral constituye un problema que me interesa y me preocupa, ya que los casos de este son muy frecuentes. Además, tuve la oportunidad de trabajar en algunas microempresas en las que fui testigo de que, si bien no cumplen con pagar el sueldo mínimo a los trabajadores en general, esta situación se presenta mayormente en las mujeres. Muchas son discriminadas por tener hijos, por su color de piel o por estar embarazadas. Según el diario Perú 21, 30% de peruanas son víctimas de acoso en el trabajo, principalmente de discriminación (42%) y bullying laboral (39%), y, en menor medida, de hostigamiento sexual (19%). La edad de estas mujeres oscila entre 24 y 35 años. Además, según la Superintendencia Nacional de Fiscalización Laboral (SUNAFIL), en el 2016, se atendieron 626 casos de acoso laboral en todo el país, de los cuales 276 ocurrieron en Lima Metropolitana. Frente a esta cifra, es importante
resaltar que muchos casos no llegan a ser registrados ante las autoridades, ya sea por miedo o desconocimiento en cuanto al sistema de denuncias. Ante esta situación, considero necesario explicar las causas, a través del boletín y a partir del análisis plantear soluciones.
Ana Paula Mundaca Ugarte
Mi nombre es Ana Paula Mundaca Ugarte y tengo 17 años. Actualmente, me encuentro estudiando el primer ciclo de la carrera de Ingeniería Civil en la UPC. Respecto a mi personalidad, me considero una persona responsable, solidaria y empática. Por eso, el maltrato a la mujer en el ámbito laboral es un problema que me preocupa mucho, y esa es la razón por la que decidí abordarlo. Aunque empezaré a laborar en un promedio de 5 años, considero que, de igual forma, este tipo de maltrato es alarmante; debido a que dicha situación me podría afectar directamente a mí al egresar y a muchas otras mujeres. A pesar de no ser un tema que se discuta con frecuencia, la violencia de género en este ambiente sucede a menudo; sin embargo, no se están aplicando las medidas necesarias para cambiarlo. Esto sucede porque tenemos definiciones distintas de la palabra maltrato. En mi caso, no solo me refiero al significado literal de la palabra, sino también a muchos otros aspectos que se encuentren bajo el concepto de un mal trato.
Dicho esto, podría afirmar que concuerdo con las Naciones Unidas al decir que la violencia es todo acto que resulte o pueda tener como resultado un daño físico, sexual, psicológico o económico. Por ejemplo, podemos mencionar el pago desigual, la falta de consideración al momento de elegir a alguien para un ascenso, las frases sexistas, los comentarios malintencionados, entre otras actitudes que impliquen discriminación. Un artículo del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), publicado en el 2017, revela que a los hombres, actualmente, les pagan un 29.7% más que a las mujeres al realizar el mismo trabajo. Esta situación es desconcertante, ya que logra que cuestionemos la justicia en nuestro país. Con esto quiero decir que no debería necesitar cambiar mi género para que me paguen lo que merezco. Por otro lado, según un artículo de la Agencia de Información Laboral, en el 2015 se registraron 735 denuncias de acoso en este ambiente. Esta es una cifra preocupante, ya que representa solo a las mujeres que lo denunciaron. Lamentablemente, sabemos que la mayoría no lo hace. Esto ocurre porque muchas veces tienen temor a ser despedidas o en el caso más triste, maltratadas de peor forma. Por todo lo antes mencionado, decidí abordar este tema. Además, me gustaría informar a las personas de que esta situación sucede más a menudo de lo que pensamos y que es nuestro deber como ciudadanos pertenecientes a una sociedad, cambiarlo.